viernes, 27 de abril de 2012


Una antigua profesora del IES GOYA,
Mª del Carmen Carretero, presenta su nuevo libro de poesía en el Real Casino de Murcia,
Hace algunos años conocí a Mª Carmen Carretero. Éramos compañeras de trabajo, y de vez en cuando coincidíamos ocasionalmente en algún evento –los que somos compañeros sabemos cómo son estos eventos-; con el paso del tiempo, nuestros encuentros ya no eran casuales, ya que yo buscaba su compañía porque me agradaba hablar con ella y oír sus opiniones cargadas de sabiduría y experiencia.
 Casi desde el principio supe que Mª Carmen era alguien especial, una mujer que no se podía encasillar en ninguno de los estereotipos que yo conocía de las mujeres de su época.
Pronto comencé a observar en ella una lucidez y una manera de ver las cosas que me llamaron la atención por su vitalidad serena y su optimismo bien fundamentado. Su naturalidad y su afecto me transmitieron enseguida paz, comprensión, cariño, claridad y entendimiento.
En una de las ocasiones en que coincidimos, ella se brindó a acercarme a casa en su coche; íbamos las dos solas y me confesó que le gustaba escribir y que tenía un buen número de poemas de los cuales había publicado una selección en un poemario llamado “Vida y Ensueño”. Le dije que quería leerlo, y al día siguiente ya tenía un ejemplar entre mis manos. Muy pronto comencé su lectura y  comprobé que no se trataba de alguien que utilizara la poesía sólo como refugio de la soledad o como desahogo de sus pesares. Descubrí un lenguaje poético propio, muy cuidado, unos versos llenos de ritmo pausado y sonoro. Hallé en sus poemas los vestigios inevitables de las lecturas que todos, afortunadamente, llevamos a nuestras espaldas, y que tantas veces nos han salvado la vida; pero los versos que yo tenía ante mí,  eran exclusivamente suyos, originales, estaban realizados con la mejor técnica, con el sentimiento más profundo y con la clara razón que su sensibilidad filtraba para conseguir la expresión más adecuada.
Leí el Prefacio, me gustó; su prosa era elegante y clara, aunque escrita en tercera persona para conseguir algo de distancia entre el lector y la intimidad que le iba a ofrecer de una manera totalmente natural, generosa y desinteresada.
Hice una primera lectura y hubo varios poemas que inmediatamente reclamaron mi interés; por ejemplo, el segundo poema del libro, que habla sobre el paso del tiempo, está cargado de esa sensación que a todos nos abruma conforme vemos que la vida va cediendo su terreno.
¡Raíces de las cosas,
que ya no sois raíces,
sonáis tan sólo a hueco,
a vacío, a ausencias sin fin!
¡Vacío, sequía que penetra
 hasta el fondo del alma!
Poco a poco fui descubriendo pequeñas joyas entre los poemas de este libro que encerraban un pensamiento profundo, una vida experimentada, y una humanidad rebosante:
Veo pasar la vida mansamente,
tengo los ojos serenos.
hoy todo me sabe a equilibrio
y anchura.
Paz, una paz inmensa me rebosa.
Ya di lo que la vida me pedía,
ya he aceptado como compañero
al dolor.
Su forma de concluir su primer poemario, reflejaba muy bien lo que yo había observado en ella en nuestro trato cotidiano:
Llevo un ramo de versos en la mano,
traigo un cándido sol en la mirada
Prodigo amor a todos los humanos,
tiene sitio en mi vida la esperanza.

Pero no estamos aquí para hablar de su primer libro, sino para presentar el segundo, otra pequeña selección de lo mucho que Mª Carmen guarda para sí.
Hace a penas dos meses  coincidimos para celebrar la jubilación de un compañero. Ya hacía algunos años que no nos habíamos visto, y cuando nos encontramos, le dije que precisamente la noche anterior había estado leyendo alguno de sus poemas. Ella se sorprendió alegremente y me dijo que pronto me llamaría para hacerme una propuesta. No me dio más datos y quedé esperando su llamada.
La recibí hace poco más de una semana y me dijo que quería que le presentase su nuevo libro, “Tiempos de Amor”. Confieso que no sabía qué decir ni cómo salir del compromiso, pero al mismo tiempo me agradó que pensara en mí, y… le dije que sí.
Al día siguiente se presentó con su libro, nos sentamos a hablar y me fue explicando en qué iba a consistir este acontecimiento y la decisión que la había llevado a hacer una nueva recopilación de sus poemas.
Me aclaró que este poemario había nacido porque quería darnos a conocer, antes de que fuese demasiado tarde, ( y esto lo subrayo)  una serie de poemas que intentaban dar forma a los sentimientos que experimenta el ser humano en torno al amor  a lo largo la vida. Eran reflexiones en torno a experiencias propias y ajenas que le servían como tema de inspiración.
Ningún poema está fechado, no puede rastrearse por tanto nada de su intimidad más profunda; es la forma, según pienso, de preservar su libertad.
En cuanto abrimos el libro y nos dirigimos al Índice observamos que Nuestra amiga ha hecho ya mismo un poema.
Cada uno de los apartados sería un verso que representaría hermosamente las distintas etapas que el amor tiene, no sólo en la experiencia de nuestra autora, sino en la de casi todos los seres humanos.
Ha sabido elegir la palabra exacta, que queda desnuda con toda su capacidad evocadora. Queda así:

“Lo imposible”,
“Lo soñado”,
“La espera”,
“El encuentro
“El amor vivo”,
“La distancia”
“El desencuentro”
“El desamor”
“El olvido”
“ Epílogo”.

Es un recurso típico de mi compañera poeta, su gusto por aislar la palabra y darle un protagonismo absoluto dejándole todo el espacio versal para ella. Enumero algunos sustantivos de los que he ido encontrando a lo largo de mi lectura; es así como encontraremos pistas para ir deduciendo lo que le importa a nuestra autora.
Montes, senda, hora, instante, vida, llama, brazos, cuerpo, deseo, compañero, alegrías, ternuras, emociones, estancia, sentir, fondo,  brío, empuje, armonía, cadencias, tendencia, dificultad, tiempo, silencio, muerte, nada…
Podríamos jugar a formar varios grupos con las palabras anteriores y surgirían los temas que sobresalen, además del amor, en la poesía de Mª Carmen: Naturaleza, tiempo, vida, deseo, muerte.
En la primera parte, Lo imposible, nuestra poeta habla de un amor asfixiado, destinado al fracaso. Siente la desesperación que produce el amor imposible, el dolor atenazante del silencio ahogado; así lo expresa con una conseguida sinestesia: rocas dormidas:
No sé qué fuerza
Me falta en esta
Hora.
Lloraría aquí mismo
Como sobre rocas dormidas.
Me duele saberte cercano
Y no poder asirte,
La finitud de mis
pobres caminos,
Y tu candorosa presencia
Siempre deseada,
Añoranza continua en todo
Instante.
Mª Carmen siente la fuerza de la naturaleza en su interior; en el primer poema ya menciona al viento como elemento arrebatador si es contrario a la dirección que queremos seguir.
La naturaleza también está presente cada vez que quiere expresar el desbordamiento que experimentamos cuando el sentimiento se desencadena y fluye queriendo  arrebatar y renovar todo nuestro ser.  Lo  vemos así en el poema II:

Quiero aliviarme
de este río de ansias
doloridas.
Se conjuga a un tiempo la imagen del río interior con la idea que aporta su complemento “ansias doloridas”, consiguiendo así, expresar ese sufrimiento interno que ella parece sentir como si de la lava de un volcán fluyente se tratase. Así lo entendemos en el verso II de Encuentro:
Tengo un río encendido
que no entiende,
pero inunda mi alma.

En los versos de La espera, el río como elemento de la naturaleza para expresar la grandeza y la fuerza del amor se agranda y se convierte en mar y océano:
Yo no sé si merece, compañero,
que deshagas los nudos de tu amarra,
y  que lances tu vida por los mares
de mi amor que te aguarda.
No sé si merecerá la pena
que arriesgues tu andanada,
y te lances con fuerza al océano
de mi amor que no pasa.
El ritmo y la musicalidad  son dos cualidades que no faltan en este libro; en el poema I de Amor vivo, vemos que utiliza de forma muy lograda la anáfora y el paralelismo para reforzar la idea de lo contrario que nos mueve en un vaivén una vez que somos presas del amor:
Otra vez el amor
es quien me esponja .
Otra vez el amor
es quien me hiere.
Otra vez las querencias
me dividen.
Otra vez la renuncia
es quien me crece.
Es llamativo en este verso el uso del coloquialismo esponjar que parece gustarle especialmente a nuestra autora porque su sonoridad y plasticidad lo hacen necesario. Con esta palabra, Mª Carmen nos está diciendo que todos los fluidos de nuestro cuerpo están funcionando como deben. Por eso la utiliza en numerosas ocasiones y en distintos poemas del apartado donde el amor parece haberse realizado con plenitud. Yo he querido resaltarlos aquí:
Mi alma tiende a fundirse
con la tuya.
Tu presencia cala en amor
mis huesos.
Mi ser entero pide tu mirada,
tu sonrisa
tu cercanía.
Un gesto tuyo pone tu alma
ante mí,
esponjándose entonces toda
mi carne
En el poema VI del mismo apartado podemos leer:
Mis adormecidas palomas
esponjan sus alas y
se extienden gozosas,
abrigadas al aire que las
 envuelve.
El vitalismo que he mencionado al principio como sustancial formante de la esencia de Mª Carmen, se deja notar cuando más se requiere, en los poemas que hablan del desamor, la separación y el sufrimiento. Así leemos:
Mis brazos
se han quedado
extendidos
esperándote.
Recojo mi ser
y  me adenso
afirmando
bajo mis pies
la vida
También se aprecia su optimismo vital en el último poema de La Distancia:
Yo siento la ternura
de un recuerdo,
me aletea el corazón,
revolotea y se eleva
suavemente
sin desesperación.
Continúa la misma composición con otra idea, ya de madurez,  que convierte el amor en algo que no depende de la otra persona sino de uno mismo y de su capacidad fabuladora cuando ama. Así se desprende de estos versos:
No hay un rastro de pena
que me invada.
Asi fue…así pasó.
Así fue…un hecho más,
que dio mi vida.
Así fue…un gran amor
Creo que ella pone a su vida, y por extensión a sí misma como fuerza generadora de todo lo que le ha sucedido.
La misma idea vuelvo a observarla en el poema VII de El Desencanto:
Tengo la impresión
de haber vivido algo inexistente,
en mí nació,
y en mí se resuelve
En la misma línea esperanzadora y vital,  leemos en el poema VI de El desamor:
La ilusión
A pesar de la dificultad,
Nace y crece
Deprisa.
Cuando la hemos cortado,
Sin embargo,
tarda mucho la vida
en dejarla.
Y podría pasar largo tiempo
Hasta que muriese.
La ilusión, más que el amor, es la que no la abandona nunca.

En el poema IX de El Olvido podemos apreciar la sabia aceptación de la vida a pesar de la soledad:

Sola yo para siempre…

Sola yo… no me espanta,

Porque la paz rebosa mi regazo,

Porque la paz, amigo, llena mi alma.

Este último libro, comienza con la misma metáfora que el primero: el viento. Con ella se refiere al paso del tiempo igual que ya lo hiciera Garcilaso de la Vega en su soneto XXIII.

Marchitará la rosa el viento helado

O como lo hizo Luis Cernuda en Tristeza del recuerdo

Agua ha pasado por el río abajo,
hojas verdes perdidas llevó el viento
desde que nuestras sombras vieron quedas
su afán borrarse con el sol traspuesto.

Mari Carmen escribe:

Deja arribar los aires del olvido,

Para que nada en tu alma deje poso.

Que los vientos arrastren las raíces

Que inmovilizan hoy tu caminar.


Y si hablamos de olvido, de nuevo  no podemos perder de vista a Luis Cernuda y su hermosísimo poema Donde habite el olvido del cual les leo los primeros versos:

Donde habite el olvido, 
En los vastos jardines sin aurora; 
Donde yo sólo sea 
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas 
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

 Mari Carmen acepta el olvido y lo ama, no se quiere convertir en esa piedra sepultada entre ortigas sino que quiere seguir viviendo y amando:
Es el olvido y

tienes que

mecerlo

en tus brazos

Para concluir, nos quedamos con unos versos del Epílogo llenos de generosidad y esperanza; nuestra autora concluye con la idea de que es preciso dejar a un lado el desamor para generar la dicha en nosotros, porque

Cuando lo llevas sosteniendo

Un tiempo

Sientes su agobio,

El peso de tu brazo

Por mantenerlo.

Y añoras la ligereza

De tus miembros

Cuando eras libre.

Entonces,

La libertad añorada

Vuelve a darte

el impulso del nuevo amor


María Pilar Salazar Larrosa

jueves, 26 de abril de 2012

1ª SEMANA DE LA ACTIVIDAD FÍSICA Y LA SALUD EN EL IES FCO. DE GOYA


El objetivo de esta semana es fomentar hábitos saludables y hacer ver a los alumnos que, llevando una alimentación equilibrada y realizando actividad física, se evitan algunas enfermedades relacionadas con la alimentación y sedentarismo como sobrepeso, colesterol, obesidad...
A lo largo de la semana, durante los recreos, los alumnos están tomando un desayuno saludable: frutas, productos lácteos y cereales.
También se imparten charlas relacionadas con la nutrición y la actividad física y sesiones de aerobic y pilates.
Debemos agradecer a la Concejalía de Sanidad y Deporte y al AMPA de nuestro centro la colaboración prestada.

martes, 24 de abril de 2012

A propósito de leer


A propósito de LEER
Ayer, mientras leía El Manatial de Ayn Ran, encontré unas líneas que me resultaron extraordinariamente aprovechables para comentar con mis alumnos en una clase el día del libro.

Ayn Ran es una autora ruso-americana, ya fallecida, de la que yo conocí su primera obra, Los que vivimos, en mis años de estudiante. Es una de mis novelas favoritas y aún hoy resulta perfectamente recomendable, aunque hayan pasado muchos años de su publicación en 1936.

Los que vivimos, Nos da un testimonio directo de lo que fue Rusia después de la revolución comunista de 1917; es una novela casi autobiográfica y nos relata y describe la vida de una joven que lo arriesga todo por escapar de la Rusia bolchevique.

El Manantial también es una gran novela, sin embargo, a mi parecer, carece de la frescura de la primera y a veces la autora resulta un tanto insistente y artificial en su empeño por desarrollar su filosofía liberal libertaria, que la mayoría clasifica de derechas porque la autora está en contra del socialismo y el comunismo; quizá su experiencia en Rusia tuvo mucho que ver en su forma de pensar.

Lo que no se puede negar es su reivindicación de la individualidad del ser humano que considera absolutamente libre para vivir su vida si tiene valor para ser él mismo y asumir esta exigencia.
Escrita en 1943, se basa en el de desarrollo de una idea que se constituye claramente como una de las máximas de su autora: El ego del hombre es el manantial del progreso humano".

La obra se divide en cuatro partes que llevan los nombres de sus protagonistas. Uno de estos, Howard Roark, es el que representa la integridad del ser humano, el resto, en mayor o menor medida se dejan corromper por sus ansias de poder.
En la tercera parte de esta obra, Gail Wynand, la autora  escribe sobre este personaje y lo sitúa en sus años adolescentes, cuando intenta encontrar la clave para triunfar y salir de la miseria. El personaje  pasea por la Quinta Avenida  para saber la diferencia que había entre esa gente y la de su barrio y observa lo siguiente:

Gail Wynand, a menudo se paseaba por las calles más importantes de la ciudad. No estaba resentido contra el mundo de la riqueza, ni envidioso, ni atemorizado. Era simplemente curioso, y en la Quinta Avenida se sentía como en casa, igual que en cualquier otra parte. Pasaba ante las majestuosas mansiones con las manos en los bolsillos y los dedos saliéndosele por la punta de los zapatos. La gente lo miraba indignada, pero a él no le producía ningún efecto. Pasaba y dejaba tras de sí la impresión de que pertenecía a esa calle y ellos no. Por ese entonces no deseaba nada, excepto comprender.
Quería saber qué hacía que esa gente fuera diferente de la de su barrio. No era la ropa ni los coches ni los bancos por lo que le llamaban la atención: eran los libros. Las personas de su barrio tenían trajes, coches y dinero, y los títulos no tenían importancia; pero no leían libros. Decidió saber qué leía la gente de la Quinta Avenida. Un día vio una dama esperando en un coche en una esquina. Sabía que era una dama; su juicio en esa cuestión era más agudo que la discriminación de la guía social. Ella estaba leyendo un libro. Él saltó, le arrebató el libro y se escapó. Se hubiesen necesitado hombres más ligeros y delgados que los policías para alcanzarlo.

Este fragmento me ha parecido especialmente significativo para resaltarlo hoy, 23 de abril, día mundial del libro. Leedlo y pensadlo. ¿Verdad que no necesitáis ninguna aclaración? Todos podemos experimentar lo mismo si pretendemos establecer una diferencia realmente importante entre nosotros.
Pilar Salazar Larrosa

viernes, 20 de abril de 2012

POEMAS DE LYVÁN GONZÁLEZ 1º A

    Cuando sale el sol
    la luna se esconde
    pues tiene envidia
   de tu belleza enorme.


   Tu belleza es inmensa
   como el espacio estelar,
   tus ojos me deslumbran
                                                         con ese azulado de mar.
                                                         Pero más pura  es tu sonrisa
                                                        que no paro de recordar.

                  

                                                        A los ojos del hombre
                                                       algunos son santos,
                                                       pero ante Dios
                                                       somos un espanto.
                                                       Creó un mundo
                                                       de paz y tranquilidad
                                                       pero viendo el resultado
                                                       se echó a llorar.




jueves, 19 de abril de 2012

Y A PARTIR DE AHORA

Os recuerdo que este texto surge de la misma propuesta que el de Lyván.


Brahian Giraldo 1º A

Yo a partir de ahora intentaré esforzarme y ser algo en la vida. Para conseguir mi sueño tendré que esmerarme en estudiar. Yo a partir de ahora intentaré ser mejor alumno e intentaré demostrar que en la mesa donde yo me siento otro niño sin estudios la querría y los libros no deberían caer en manos equivocadas.
Por todo esto, yo desde ahora me esforzaré, me esmeraré para conseguir aprobar el último trimestre.

Y A PARTIR DE AHORA

Volvemos de vacaciones y estamos en  la recta final del curso. Recordamos los principales géneros literarios y la profesora nos propone escribir un texto,  encuadrarlo en un género  y respetar el principio  "A partir de ahora". Esta profesora no pierde ocasión para hacernos reflexionar.



Lyván González 1º A

A partir de ahora
las cosas cambian,
un nuevo amor impone esperanza.

Ella, tierna y dulce
como ninguna,
flor frágil,
                                                      aurora pura.

                                                     Impone orden,
                                                     exige cambios,
                                                     eso la convierte 
                                                     en la mujer del año.

                                                    Venía como amigo
                                                     pero era un ladrón.
                                                    Se llevó lo que más quería
                                                    sin ninguna razón.

                                                   A partir de ahora
                                                   solo y triste,
                                                   con mis poemas 
                                                   que me afloran.